lunes, 25 de noviembre de 2013

La Lucha Interior

La fusión, la unidad interior, se obtiene mediante la fricción, mediante la intensa lucha entre “sí” y “no” dentro de uno mismo. Si el hombre vive sin una lucha interior, si todo le “sucede”, sin que haya la menor oposición de su parte, si es que va donde quiera que le lleven o donde quiera que sople el viento, permanecerá siendo lo que es. Pero si comienza a luchar dentro de sí mismo, y si en esta lucha hay una dirección precisa, entonces comienzan a formarse, poco a poco, ciertos rasgos, comienza la “cristalización”. Pero esta cristalización puede ocurrir sobre bases buenas o malas. La “fricción”, la lucha interior entre “sí” y “no”, puede ocurrir sobre una base falsa como, por ejemplo, una creencia fanática en una u otra idea, o el “temor al pecado”; cualquier cosa por el estilo puede producir en el hombre una intensa lucha interior entre “si” y “no”. Y un hombre puede cristalizarse sobre semejante base. Pero ésta sería una mala cristalización, una cristalización falsa, incompleta. Un hombre así no tendría la menor posibilidad de un desarrollo ulterior. A fin de posibilitar un desarrollo ulterior, tiene que derretirse nuevamente, por así decirlo, y esto sólo lo puede lograr mediante un intenso y terrible sufrimiento.

Peter D. Ouspensky, Fragmentos De Una Enseñanza Desconocida
Imagen: Manny Jaef


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