lunes, 10 de febrero de 2014

Desvalorización Sexual De La Mujer

En este mundo regido por hombres, muchas mujeres crecen acomplejadas porque se da un valor capital al falo, desdeñándose el sexo femenino hasta el punto de que se le llega a llamar raja (palabra de la que, entre otras, el Diccionario de la Real Academia Española da esta definición: «Hendidura, abertura o quiebra de una cosa». En México se le llama hachazo).
Esta infravalorización que se hace de su sexo (al que se compara con un pene castrado) produce en muchas mujeres un sentimiento de inferioridad.
Para actuar con confianza en sociedad, es muy eficaz que la consultante introduzca en su vagina una o varias monedas de oro (según la intensidad del complejo). Esto, que mantendrá en un secreto total, le dará la seguridad de portar algo mucho más valioso que lo que se encuentra bajo los pantalones masculinos.
A veces, la raíz de esta infravalorización vaginal se debe a que los hombres del árbol genealógico de la consultarte, durante varias generaciones, han despreciado a las mujeres y considerado la menstruación como una impureza.
La consultante, para revalorizar este proceso biológico, debe pintar en una tela blanca o en una cartulina, del tamaño que quiera, un autorretrato con su sangre menstrual. Los grandes rasgos deben ser dados con los dedos, y para los detalles finos usar un pincel. Terminado el cuadro se barniza, se le pone un marco plateado (color lunar: la luna es un antiguo símbolo de la madre cósmica, feminidad absoluta), se coloca durante un tiempo en un lugar de la casa donde sea visible por todos los visitantes y, luego, se lo envía como regalo a su padre.
Si el deseo de afirmación social es intenso:
La consultante puede pintar con su sangre menstrual un medallón para llevarlo colgando visiblemente del cuello. Si ya ha llegado a la menopausia, debe lograr que una amiga más joven le permita hundir los dedos en su vagina para entintarlos en la sangre y realizar su autorretrato.
A una mujer que nunca se sintió reconocida por sus padres, porque éstos esperaban un niño y no una niña, lo que le provocaba cada mes trastornos psicológicos y fuertes dolores, con muy buenos resultados le aconsejé:
Durante los días de su menstruación, con esa sangre teñiría su rostro y saldría a pasearse o visitar a sus amistades y parientes.
(A otra mujer que se sentía avergonzada de hacer esto, le aconsejé que durante un año, cada mes, se pintara con sangre menstrual un corazónen el pecho.)

Alejandro Jodorowsky, “Manual de Psicomagia. Consejos para mejorar tu vida”.



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