lunes, 25 de agosto de 2014

Alejandro Jodorowsky, Preguntas Sobre Cómics

Sus cómics son un reflejo de la gran mente que posee, en ellos se pueden encontrar de manera metafórica gran cantidad de información que de una u otra manera llegará al lector y lo hará pensar, es por esto que es realmente recomendable abrir un poco la mente con los textos de Jodorowsky que, por lo demás, siempre se hace acompañar de grandes ilustradores. Sus cómics les impactará, personalmente recomiendo La casta de los Metabarones y la saga del Incal. Les dejo a continuación parte de una entrevista dada en Chile en 1991 sobre este tema. Saludos.

1.- ¿De dónde viene su afición por el cómic?

Salí de Chile en 1953; nací en Iquique, pero a los 6 meses me llevaron a Tocopilla. Allí viví un verdadero paraíso porque era hijo de extranjeros. Mi padre se hacía pasar por ruso. En realidad era judío pero nunca lo supe. Mi casa se llamaba “la casa de Ucrania”, la casa de los rusos. Nunca me pude poner pantalones cortos porque tenía las piernas blancas, de leche. Pero lo pasé muy bien y, como tenía pocos amigos, me puse a leer como a los 5 años. Lo primero que leí eran cómics.

2.- ¿El cómic continúa presente en su vida?

Nunca dejé de leer esos cómics. El cómic siempre fue muy importante en mi vida porque empecé a leerlos desde chiquitito. Fui a México, hice teatro, 100 obras de teatro, y seguí leyendo cómics y publiqué en un periódico una página cada domingo, durante 5 años, que se llamaba “Fábulas Pánicas”. Tuvo mucho éxito porque yo iba diciendo todo lo que pensaba de positivo. No era un cómic destructivo sino positivo.

3.- ¿Cuál fue su primer paso en ese universo?

De pronto, un proyecto que se llamaba Duna, en el cual trabajé 2 años, se cayó al suelo. Me desengañé del cine y empecé a entrar en los cómics. Viví durante 10 largos años del cómic. Alimenté a mis 5 hijos y gané mucho dinero. El cómic es un arte industrial, una carrera, un negocio y a la vez un arte maravilloso. En Francia el cómic se considera como algo cultural. Yo publico un álbum cada 3 meses, traducidos como a 10 idiomas.

4.- ¿Existe la filosofía del dibujante de cómics?

Un dibujante tiene que dar en su página todo, tiene que ser personal y tiene que aprender a contar lo que él quiere contar. Es lo primero que hay que hacer. Detrás de cada cómic hay alguien ganándose el pan.

Una verdadera compañía de cómics se da cuando hay gente, jóvenes o viejos, que tienen la actitud para tomar la página y expresarse como lo sienten. Tiene que aprender a colaborar con otro, con un autor, y equilibrar, unas veces él y otras veces el otro.

5.- ¿Tan compleja es la relación entre el escritor y el dibujante?

Lo que es fundamental para el cómic es que el escritor tiene que ponerse detrás del dibujante. El escritor tiene que servir al dibujante, no servirse a sí mismo. Hay que hacer las historias para el dibujante.

6.- Ponga un ejemplo:

Moebius me dice “no me pongas caballos muertos, no los puedo dibujar”. No le pongo caballos muertos. Tienes que escribir para el dibujante en los términos que el dibujante te pida.

7.-¿Hay un método universal?

Con cada dibujante he encontrado un método distinto. No es igual. Antiguamente esos pasos eran obligatorios, y el editor veía lo que habías escrito y lo aprobaba. En mi caso no, yo tomo las páginas y escribo lo que se me da la gana, y si al editor no le gusta, nos vamos a otro lado...

8.- ¿Resulta difícil trabajar con un dibujante?

Era un problema, por que un dibujante, en alguna parte, es un niño. Estar sentado 6 horas diarias dibujando, acarrea una serie de problemas. Tienes que encontrarte con una mujer que sea un poco tu mamá. Primero que nada, que se ocupe de ti. Generalmente estos dibujantes se casan con una secretaria de la empresa donde están trabajando. Es el caso de Arno y de otros. Todos tienen de esas mujeres que son un poco dominantes, controladoras y ellos están encerrados dibujando. Luego tienen problemas con la columna vertebral, son poco deportistas.

9.- ¿Dónde está la clave?

El escritor tiene que conocer al dibujante, adaptarse a él, a todas sus mañas. Luego, como es un niño, tiene un ego muy grande, tiene que ser un “star”. Entonces, hay que darle la posibilidad de que se manifieste, que haga los mundos que él quiera, no le vas a imponer un mundo. Yo me acerco a un dibujante y le digo, “a ver, conversemos”. Así lo hice con Boucq.

10.- ¿Cuál es tu público, cuáles son tus ideas como autor, cuál es tu mundo?

Yo pretendo siempre dar un mensaje de tomar conciencia. Por ejemplo, el personaje que hice para Arno no tiene brazos ni piernas cuando nace, lo que es un desafío porque era una historia épica. Le van creciendo los miembros hasta que es un hombre completo. El último capítulo se llama “El triunfo de la voluntad”. Me propuse mostrar un canto a la voluntad, me propuse un comic iniciativo, es decir, pasar símbolos, pasar tomas de conciencia, un trabajo espiritual... Siempre mi proposición es tomar un personaje que empieza a crecer y a tomar conciencia, siempre en mis historias un acto pequeño se transforma en un conflicto universal, es mi estilo...

11.- ¿Siempre es el mismo estilo?

Con cada dibujante escribo diferente. Moebius es un genio del dibujo por su rapidez; solo el Aragonés es más rápido que él. El Aragonés te dibuja 10.000 personajes en un minuto. Con Moebius nunca he escrito ni una línea. Yo le dije, “tengo una historia. No quiero que sepas adonde va. La historia existe, la vamos a encontrar”. Le di solamente el primer capitulo y después de álbum en álbum, le fui desarrollando el tema a medida que llegaba. Partí de un sueño que tuve. Me junto con Moebius y le cuento todo lo que veo: como fui mimo, actor, le cuento, me muevo, que este personaje y este es aquí y el otro le hace roauuu; le hago todo, se la cuento completa, le cuento el álbum.

12.- ¿Qué hace después con esa información?

Después, él toma un cuadernito y dice, “bueno, vamos a hacerlo en cuadritos” y me dice, “lo hacemos así, luego éste, luego este otro”, y luego ponemos los diálogos, ¿Qué dice este, y este y este?

13.- ¿El dibujante puede añadir textos?

El dibujante puede agregar frases, porque hay algo que le cuesta dibujar. Entonces dice, “Oh, el océano infinito” y tiene una cara y no se ve el océano. No tiene por qué dibujar el océano, basta con decirlo. O bien puede dibujar una frase que yo he dicho, entonces quita la frase y la dibuja. El dibujante puede agregar frases y quitar frases. El se otorga el derecho. Tiene intuición, sabe lo que hace, lo que necesita es un apoyo, una estructura. Tú le das estructura y lo vas apoyando, lo vas guiando en su mundo.

14.- ¿Cómo te haces la estructura a ti mismo, para luego comunicarla?

Veo lo que el dibujante quiere, y luego en 5 o 6 páginas me hago la historia, pero de los 6 volúmenes. Entonces le propongo esa historia en general y después desarrollo todo. Voy desarrollando los personajes y uniéndolos. Moebius se arrancaba los pelos y yo le decía, “no te preocupes, en su momento vendrá”.

Fuente: Autopoiético


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Imagen: @DiegoMoldesGonz en Twitter
Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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