martes, 27 de enero de 2015

La Sordera “Psicológica”

Parece ser que los oídos son para escuchar tanto lo que nos gusta como lo que nos disgusta. Deberíamos aprender a obedecer a la propia voz interna y también a la externa. En la vida, y también en la pareja, podemos encontrar diferentes tipos de sordera:

¿Sordera psicológica? No escuchamos las cosas que no hemos podido experimentar o aquellas que no nos convienen.

¿Sordera selectiva? Es la que afecta sólo a uno de los oídos. No somos capaces de prestar atención a los mensajes que nos llegan por vía materna (oído izquierdo) o a través del linaje paterno (oído derecho).

¿Sordera congénita en posteriores generaciones? Los nuevos frutos del árbol nacen programados para no oír. Es posible que haya un secreto a proteger en el árbol genealógico.

¿Duro de oídos? Tal vez muestre nuestra inflexibilidad e intolerancia. No deseamos escuchar ninguna recriminación.

¿Tumores de oído? En ocasiones, simbolizan los gritos, peleas y discusiones escuchados durante la infancia en la casa paterna.

Lo que nos molesta no es lo que se dice, sino la percepción que tenemos de aquello que se dice. Hacemos “oídos sordos” cuando no queremos obedecer, o para quitarnos de encima problemas.

¿Algún acto psicomágico relacionado con este tema?

Dice Alejandro Jodorowsky: “A un hombre le operaron de un tumor en un oído. Al poco le apareció otro en el otro oído, y decidió que no quería pasar por otra operación igual. Me consultó. Interrogándole, comprendí que esos tumores simbolizaban los gritos, peleas y discusiones que oyó de sus padres.
Hice una bolita de cera y se la hundí en el oído. Empecé a susurrarle dulcemente al oído que sus padres le amaban mucho, y fui a la vez extrayéndole la bolita, fingiendo ser muy costoso. La extraje. Sanó”.

Texto tomado de Plano Sin Fin


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Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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