viernes, 13 de febrero de 2015

La Diferencia Entre Trabajar Y Jugar

En relación con la historia biológica de nuestra especie, las escuelas son instituciones muy recientes. Durante cientos de miles de años, antes de la aparición de la agricultura, vivíamos como cazadores-recolectores. Numerosas pruebas antropológicas indican que los niños de las sociedades cazadoras-recolectoras aprendían aquello que necesitaban para convertirse en adultos competentes a través de la exploración y el juego libres. El fuerte impulso de los niños por jugar y explorar probablemente se produjo durante nuestra evolución como cazadores-recolectores para servir a las necesidades de la educación. Los adultos de estas sociedades permitían que los niños tuvieran libertad prácticamente ilimitada para jugar y explorar por su cuenta, porque reconocían que estas actividades eran su forma natural de aprendizaje.
Actualmente, la escuela es el lugar donde todos los niños aprenden la distinción que los cazadores-recolectores nunca conocieron: la diferencia entre trabajar y jugar. Los profesores dicen: «cuando termines tu tarea, podrás jugar». Claramente, según este mensaje, la tarea, que abarca todo el aprendizaje escolar, es algo que no se quiere hacer pero se debe; y jugar, que es lo único que se quiere hacer, apenas tiene valor. Probablemente, esta es la lección más importante de nuestro método educativo. Aunque los niños no aprendan nada más en la escuela, sí conocen la diferencia entre trabajar y jugar, y saben que aprender implica trabajar, no jugar.

Texto: Peter Grey
Ilustración: Phoebe Wahl


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