sábado, 18 de julio de 2015

Reseñas Pánicas: La Casta De Los Metabarones Vol.1

En 1992, Alejandro Jodorowsky y Juan Giménez crearon el primer spin-off del Incal, llamado La Casta de los Metabarones

La telenovela espacial

La historia de los metabarones es una precuela que narra la historia de todos los ancestros del Metabarón, personaje que apareció por primera vez en la historieta El Incal. El protagonista del primer libro es Othon (el tatarabuelo), un antiguo pirata espacial transformado en trabajador, quien sufre un accidente que revelará un secreto que afectará la paz de su familia. Jodorowsky se ve influenciado por la obra de William Shakespeare y por eso toda la saga está afectada por el amor, los secretos familiares y la tragedia.

A mediados de la década del ’70, el escritor chileno quedó frustrado porque no pudo filmar la película de Dune, el libro escrito por Frank Herbert, y todos los conceptos e ideas que tenía para ese proyecto los utilizó en El incal y La Casta de los Metabarones. Jodorowsky escribió los problemas del legado de una familia y su relación con la política y la iglesia pero, a diferencia de Herbert, no profundizó en la crisis del petróleo o la ocupación de Medio Oriente. Esa decisión es la que marca el éxito y la grandeza en la historia, ya que todos los miedos y problemas que tuvo en los ´70 los transformó en ventajas para expandir el universo del Incal. El drama familiar es el tema principal de toda la historia y el que conecta con el lector. No sólo se indaga en el incesto y el complejo de Edipo, sino en cómo cada persona busca un propósito en su vida y en la sociedad. Othon primero fue un pirata espacial, luego un trabajador y finalmente un metabarón, que lucha pero que en el fondo busca la tranquilidad que nunca tuvo y de la cuál escapa durante toda su vida.


El tema del amor y la muerte es fundamental en el primer libro, ya que el sacrificio del clan Castaka y el asesinato de Bari definen a Othon cómo un héroe trágico. El protagonista además perderá su aparato genital y eso no lo transformará en un monje castrado sino en un guerrero sediento de venganza. Jodorowsky se excede con el sufrimiento y ahoga al lector por momentos con diálogos extensos y muy lejanos de la cotidianidad. El problema de que la tragedia siempre sea un tema recurrente en todas las historias, es que los personajes no sólo nunca tienen paz sino que contemplan lo divino o lo conquistado. Son escasos los momentos de reflexión y poesía para Othon.

El rol de la tecnología en La Casta de los Metabarones es crucial, ya que el metabarón y todos sus ancestros sacrificaron un pedazo de su cuerpo para ese acto iniciático que los convirtió en dignos guerreros. La modificación en el cuerpo humano es una crítica de Jodorowsky a la adicción del consumo y a cómo las personas se deshumanizan. El escritor chileno siempre revela la soledad del alma de cada personaje, que fue atravesado por este ritual y como eso lo afectó.

La historia -digna de una telenovela- que plantea Jodorowsky en cada historieta, es que el protagonista y su familia siempre tienen secretos entre ellos, y que causarán la destrucción de su propio entorno. Amor entre madre e hijo, contagio de enfermedades, traiciones, todos los condimentos que tiene una típica serie de televisión para ama de casas. Jodorowsky no redefine esas ideas sino que las usa como excusas para contar la decadencia de un mundo con orgullo y prejuicio.

El gran problema de La Casta de los Metabarones, es cómo se revela la información al lector, ya que la historia principal es contada por dos robots y estos no hablan como seres humanos sino que tienen diálogos extensos que parecen manifiestos políticos. El recurso de que la trama sea contada por otros personajes es inteligente pero que ni el editor o el mismo escritor no se preocupen por la cantidad de palabras dichas en una viñeta es preocupante. Sin embargo este dilema no está presente en la aventura de Othon.

El arte de Juan Giménez es la clave y la trascendencia para que esta historieta haya sido tan importante para la década del ’90. Giménez es de esos dibujantes que parecen ilustradores pero a los que les interesa la narrativa y no coquetean con sólo dibujar una portada para un libro de ciencia ficción todos los meses.

Los diseños de las naves, las armaduras, las armas, los planetas, los personajes y toda las puestas en página son superiores a todos los conceptos de H. R Giger y Chris Foss para el proyecto de Dune de Jodorowsky, ya que los ochos libros y el libro de arte tienen una mayor profundidad y compromiso. Además Giménez tuvo su propio acto iniciático y redibujó una página que hizo Moebius con el metabarón y su hijo sobre un ritual. El color también es obra de Giménez y marca la consagración de un artista que encontró su estilo y lo perfeccionó.

La mejor edición en castellano de La Casta de los Metabarones fue la de Norma Editorial, serializada en ocho tomos a partir de los ’90, y que ofrecía una edición en formato álbum europeo con versiones en tapa blanda y dura. Lamentablemente los derechos de esta historieta ahora los tiene Random House Mondadori, que publicó toda la saga junta, en un integral que por estos lares siempre llegó a un precio excesivo.

Fuente: Comiqueando

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